Solución no quirúrgica para el tratamiento de la ciática y el dolor lumbar

Dr. Juan Héctor Correa
Médico Neurocirujano y Cirujano de Columna


Las inyecciones epidurales y bloqueos con esteroides son una alternativa para aliviar el dolor en la zona lumbar y piernas. Se han utilizado para problemas lumbares desde hace más de cincuenta años y se consideran una opción del tratamiento no quirúrgico de la ciática y dolor lumbar.

Ambos son conceptos diferentes dado que los tratamientos con inyecciones para el dolor de espalda baja se clasifican en:

  1. Inyección o bloqueo epidural general de la columna lumbar.

  2. Inyección o bloqueo de sitio específico en la columna lumbar donde se origina el dolor.

Primera opción:

Las inyecciones o bloqueos epidurales consisten en la colocación de una inyección en el espacio epidural por encima del saco dural a nivel de la columna lumbar, guiado simplemente por la  anatomía. Por lo general, este procedimiento lo realizan anestesiólogos y entrega una dosis de corticoides y analgésicos locales que producen un alivio demostrado por la mayoría de los estudios en un tiempo de 3 a 6 semanas.

 
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En este caso, es importante mencionar que solo existe un alivio del dolor, pero no ayuda en la parte funcional, es decir, la capacidad para moverse. Con este tratamiento se puede retrasar pero no evitar la cirugía en aquellos casos que lo requieran. Vale destacar que la mejoría puede durar hasta 3 meses.

Los bloqueos epidurales son una excelente opción para aquellos pacientes que no califican o son candidatos aptos para realizarle una cirugía, por diversos motivos o condiciones médicas. A su vez, es un procedimiento al alcance de muchos pacientes por medio del servicio de anestesiología.

Segunda opción:

El tratamiento de bloqueos selectivos de sitios que son origen de dolor en la espalda baja o columna lumbar es competencia de los neurocirujanos, quienes somos los idóneos para colocar una dosis de corticoides y anestesia local en áreas específicas, ya que conocemos cuál sería el nervio que genera la fuente de dolor.

Estos bloqueos podemos clasificarlos en dos principales tipos:

  1. Bloqueos radiculares selectivos o bloqueo transforaminal: Es un tratamiento donde se coloca la medicación en la salida del nervio o de la raíz lumbar. Por ejemplo, en los casos donde el problema radicar en los niveles L4, L5 se coloca la medicación por donde sale el nervio L4, de esta forma podemos aliviar el dolor que se distribuye en dicha raíz. Este dolor es el que conocemos o sentimos que viaja por la zona del glúteo, el área del muslo y puede hasta cruzar la pierna. Un dolor que puede ser originado por una discopatía propiamente en los niveles L3, L4 o una enfermedad facetaria en el nivel L4 o L5 con cierre de foramina a nivel de L4.
    Este tratamiento se indica en los pacientes que tienen contraindicación de cirugías de descompresión de dicho nervio, ya sea por no calificar o por cualquier condición médica que el paciente posea.
    También puede ser indicado en casos de una enfermedad leve en donde sí existe la radiculalgia o el dolor de distribución de la raíz y todavía la enfermedad no puede ser considerada bajo resolución quirúrgica.  Este tratamiento conservador le va aliviar el tipo de dolor que se siente bajando por la pierna.

  2. Bloqueos a la rama medial o bloqueo facetario: Dirigido a las articulaciones a nivel lumbar, las articulaciones apofisiarias. Este bloqueo es conocido como facetario, en donde se coloca la inyección en el lugar anatómico de la faceta (carillas articulares que sirven de contacto entre vértebras que se superponen) tratando de dormir o anestesiar ese nervio crispado. Esta indicado en pacientes con dolor solamente de espalda baja asociado a movimiento de columna y, sobre todo, por la hiperextensión. 
    Este tratamiento no está indicado para el dolor que baja hacia las piernas, con el término de ciática, está dirigido al dolor de espalda baja por movilidad. Es decir, aquel que se produce -por ejemplo- cuando se levanta de la cama o de la silla y duele.  
    ¿Cómo se colocan?
    El paciente se acuesta boca abajo en una mesa quirúrgica que permita observar por medio de rayos X las estructuras de columna. Este aparato de rayos X se llama fluoroscopio, y permite ver la trayectoria de la aguja en vivo, con el paciente ligeramente sedado, entre dormido y despierto, que pueda responder a instrucciones durante el procedimiento. Se realiza con anestesia local bajo esterilidad estricta, durante un periodo de 20 a 40 minutos máximo.

Realmente, ¿funcionan?
Una vez definidas las técnicas más comunes de bloqueos selectivos que realizan los neurocirujanos, es importante mencionar que los porcentajes de éxito formalmente no están establecidos por estudios prospectivos o clínicos adecuados que nos den una certeza de cuánto tiempo puede durar dicho tratamiento en un paciente.
Generalmente, el alivio para un paciente que se haya realizado un bloqueo foraminal o bloqueo selectivo de la raíz nerviosa, oscila entre 60 a 80 %, mejorando de esta forma considerable su calidad de vida.
Es decir, de un nivel de dolor de 8, 9 o 10 pasarían a un nivel de dolor de 1 hasta 3, en un máximo de 10. Esto de acuerdo a estudios retrospectivos, aclarando que no son estudios clínicos que tienen mayor validez científica. Sin embargo, a pesar de la ausencia de estudios, es una alternativa para pacientes que no califican a cirugía o presentan ausencia de una enfermedad quirúrgica. Igualmente, se manifiesta el mismo porcentaje de éxito en los bloqueos facetarios de la rama medial o enfermedad facetaria, dolor de espalda baja de tipo mecánico.

 
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Riesgos ¿Cuáles son?
Los riesgos de estos procedimientos son muy bajos, son procedimientos que no implican una herida quirúrgica sino mas bien una punción en la piel, por lo tanto, el riesgo de infección es muy bajo.
Lo más importante a tomar en cuenta es: Lesión neurológica en la técnica de bloqueos foraminal o bloqueos selectivos de raíz, donde al colocar la aguja en un punto que no esta indicado puede lesionar la raíz, produciendo un dolor intenso de distribución, un dolor que baja por toda la pierna, constituyendo una complicación muy poco común.
Otra complicación que podemos mencionar es la vascular, donde se inyecta directamente el material en una arteria radicular, situación que muy escasamente sucede, pero es importante mencionar.

Mi recomendación como profesional de la medicina es siempre acudir a un profesional idóneo para realizar los procedimientos médicos. Las técnicas anteriormente descritas son una gran ayuda para las personas que necesitan manejar este molesto dolor sin riesgos mayores implicados en una cirugía, sin embargo, el tratar de evitar una cirugía a través de estas técnicas no es lo recomendable. 

Asesórese siempre con un especialista en Neurocirugía, quien podrá a través de una buena historia clínica recomendar las mejores alternativas.

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