Lesiones de la Médula Espinal
Dr. Juan Héctor Correa
Médico Neurocirujano y Cirujano de Columna
¿Qué es?
Una lesión de la médula espinal implica daño en cualquier parte de la médula, o en los nervios del extremo del canal espinal; a menudo causando cambios permanentes en la fortaleza, la sensibilidad y otras funciones del cuerpo.
Las lesiones de la médula espinal pueden ser el resultado de daños en las vértebras, los ligamentos o los discos de la columna vertebral, o en la propia médula espinal.
Tipos de daño espinal
La capacidad para controlar las extremidades después de una lesión de la médula espinal depende de dos factores: el lugar de la lesión en la médula espinal, y la gravedad de la lesión.
La gravedad de la lesión suele llamarse "integridad", y se clasifica de la siguientes formas:
Si toda la función sensorial y toda la función motora se pierden por debajo de la lesión de la médula espinal, la lesión se denomina completa.
Si tienes cierta actividad motora o sensorial debajo de la zona afectada, la lesión se denomina incompleta.
Existen varios grados de lesión incompleta:
Tetraplejia, también conocida como cuadriplejia; esto significa que los brazos, manos, tronco, piernas y órganos pélvicos están afectados por la lesión de la médula espinal.
Paraplejia, esta parálisis afecta la totalidad o parte del tronco, piernas y órganos pélvicos.
Síntomas
Quien ha sufrido una lesión en la médula espinal, puede tener uno o más de los siguientes signos y síntomas:
Pérdida de movimiento
Pérdida o alteración de la sensibilidad, incluida la capacidad de sentir el calor, el frío y el tacto
Pérdida del control de los intestinos o de la vejiga
Actividades de reflejos exagerados o espasmos
Cambios en la función sexual, sensibilidad sexual y fertilidad
Dolor o una sensación intensa de escozor causada por el daño a las fibras nerviosas de la médula espinal
Dificultad para respirar, toser o eliminar las secreciones de los pulmones
Signos y síntomas que constituyen una emergencia:
Dolor de espalda intenso o presión en el cuello, la cabeza o la espalda
Debilidad, descoordinación o parálisis en cualquier parte del cuerpo
Entumecimiento, hormigueo o pérdida de sensibilidad en las manos, los dedos, los pies o los dedos de los pies
Pérdida del control de la vejiga o de los intestinos
Dificultad para mantener el equilibrio y caminar
Insuficiencia respiratoria luego de la lesión
Posición extraña o torcida del cuello o la espalda
Cualquier persona que tenga un traumatismo significativo en la cabeza o el cuello necesita una evaluación médica inmediata para revisar si hay una lesión en la médula espinal.